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LA PREVALENCIA DEL CORONAVIRUS INTESTINAL EN PERROS ES MÁS ALTA DE LO QUE PODRÍA ESPERARSE: PROGRAMAS VACUNALES.

De un tiempo a esta parte la palabra coronavirus se ha convertido en una palabra maldita. Solamente escucharla infunde miedo, en algunos casos terror, y dado lo que estamos viviendo es comprensible. Genera una gran incertidumbre por el desconocimiento general y porque, posiblemente, no ha sido explicado correctamente.

 

 

Para los veterinarios no es un término desconocido. Conocemos, no solamente la palabra, también sus consecuencias en los animales, desde hace mucho tiempo.

Los coronavirus, que hoy todos conocemos y pronunciamos con soltura como un experto virólogo, pertenecen a la familia Coronaviridae y se clasifican en cuatro géneros. Alpha, beta, delta y gamma. Los dos primeros infectan a mamíferos, algunas de cuyas especies son de carácter zoonótico, es decir afectan a animales y a personas, como es el caso del SAR-COV-2 y anteriormente lo fue el SAR-COV causante del SARS (Síndrome respiratorio agudo y grave) y el MERS-CoV causante del MERS (Síndrome respiratorio grave de Oriente Medio). Todos ellos zoonóticos y causantes de las últimas pandemias.

Orígenes de los coronavirus

Pero mucho antes de que aparecieran estos coronavirus, los veterinarios ya estábamos acostumbrados a trabajar con, o mejor dicho contra, ellos. Fueron descubiertos en los años 60 del siglo pasado y son los causantes de importantes enfermedades en diferentes animales de renta, como es el caso de los cerdos y de compañía como los perros a quienes provoca una diarrea de gravedad variable y a los gatos a los que produce la peritonitis infecciosa felina (PIF), y también una enteritis causada por el coronavirus felino.

En el caso del coronavirus canino, fue detectado por primera vez en perros que habían tenido contacto con cerdos infectados de coronavirus. En España fue diagnosticado por primera vez 1.992.

En un principio se asoció al complejo entérico canino que provocaba graves problemas de diarrea en los animales, especialmente en los cachorros, y se asociaba con la presencia de otros virus sobradamente conocidos como el parvovirus o el virus del moquillo canino, y alguno más.

La mayor incidencia de la enfermedad se detecta en poblaciones caninas cerradas, como pueden ser las protectoras de animales, los criaderos y otras agrupaciones de perros donde se afectaban una gran parte de los cachorros.

La gastroenteritis producida por el Coronavirus canino es una enfermedad infecciosa de difusión rápida. Parecida a lo que sucede con otros virus entéricos. La temperatura puede llegar a los 40 grados con vómitos, temblores, pérdida de peso, deshidratación, dolor abdominal. Diarrea con sangre y moco.

Es necesario instaurar un tratamiento rápido y frenar la deshidratación del animal por lo cual es urgente acudir a vuestro veterinario.

Su transmisión es fecal—oral y la fuente primaria de contagio lo constituyen las heces de los animales afectados. La infección se disemina a través de la contaminación de objetos y del medio ambiente. Se ha demostrado que, en condiciones favorables, el virus puede permanecer viable en las heces durante un periodo aproximado de 10 días.

Los animales infectados eliminan virus en las heces durante al menos dos semanas después del comienzo de la infección. Por lo cual es imprescindible colocar al animal o animales afectados en aislamiento para que no contagie al resto de animales y reforzando las medidas de desinfección. Cuando al Coronavirus se unen otros patógenos entéricos (virus o bacterias) la gravedad del cuadro clínico es mucho mayor. El invierno es la estación más propicia para este tipo de infecciones.

La enfermedad suele afectar a un gran número de animales y su pronostico variaba en función de las defensas individuales de los animales y las condiciones de higiene y manejo de los animales y las instalaciones.

Poco a poco el coronavirus ha ido tomando mayor relevancia, al nivel de otras patologías infecciosas en los perros y en los gatos.

El estudio de los coronavirus en AVEM

En nuestra asociación somos conocedores de la importancia del coronavirus canino y de hecho en el año 2016 realizamos un estudio en diferentes centros municipales de recogida de animales, gestionados por veterinarios de nuestra asociación, para averiguar la incidencia de enfermedades como el Coronavirus canino, el Parvovirus canino, el Moquillo canino, la Ehrlichiosis o la leishmaniasis.

Esta investigación entra dentro de las competencias veterinarias de vigilancia sanitaria en este tipo de centros. Actividad fundamental para prevenir la salud de los animales y también la salud de las personas. Lo que hoy se conoce como “ONE HEALTH”

En el estudio participaron 11 centros de diferentes comunidades autónomas de España y se tomaron muestras de sangre a 389 perros para obtener el suero y remitir al laboratorio. A cada animal se realizó un examen clínico, recogiendo aquellos datos que pudieran ser relevantes para el estudio.

De los 388 perros, 115 (29,6%) fueron entregados por sus dueños o terceras personas al centro y 255 (69,6%) fueron recogidos por los servicios municipales de la vía pública. En 19 de ellos no figuraba este dato (% 4,9%). Con relación al sexo 164 (42,2%) eran hembras y 211 (54,2%) eran machos. En 14 (3,6%) no se recogió ese dato.

Los análisis se realizaron mediante la técnica E.L.I.S.A. con el objetivo de verificar la presencia de anticuerpos frente al coronavirus canino.

Con relación a los resultados frente al Coronavirus el 51 % de las 388 muestras fueron positivas, es decir que habían tenido contacto con el coronavirus. De los 11 centros había cinco cuyos porcentajes de positividad superaban el 50 % y dos de ellos llegaban al 100%. De los seis centros restantes dos de ellos tenían porcentajes de positividad significativos, un 49% y un 33%. En el resto el porcentaje de positivos era muy inferior y en dos de ellos cero.

A la vista de los resultados obtenidos, podemos considerar que el coronavirus canino está mucho más extendido de lo que podíamos pensar. Dada su similitud en los síntomas, a veces se puede disimular o quedar enmascarado con otros procesos infecciosos, como el caso del parvovirus. Afortunadamente este coronavirus es específico de la especie canina y no afecta a las personas.

Como en otras enfermedades infecto contagiosas de los perros mucho mas conocidas, como el moquillo canino o el parvovirus, en el caso del coronavirus es recomendable la aplicación de la vacuna correspondiente. En algunos casos puede ir unida a la vacuna de moquillo y parvovirus, de esta manera conseguimos una mayor protección frente a estas enfermedades.

En cualquier caso, consulta a tu veterinario, que después de reconocer al animal y tras examinar su historial te proporcionará el consejo más adecuado para tu perro.

Juan Carlos Ortiz. Presidente de AVEM

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