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Voy a adoptar un perro. ¿Qué debo tener en cuenta?. II. Elección de animal.

II. ELECCIÓN DE ANIMAL

¿Dónde acudir para adoptar un perro?

La forma más directa para encontrar un perro en adopción es acudir a un centro de acogida de animales o centro de protección animal (CPA). Se trata de establecimientos, gestionados bien por entidades públicas, o bien por entidades privadas, que tienen como objeto la recogida y atención temporal de animales domésticos, generalmente perros y gatos extraviados, abandonados o vagabundos, hasta su recuperación por propietario/a o su entrega en adopción.

Los responsables del centro te realizarán una entrevista o un cuestionario para conocer tu estilo de vida y, de acuerdo a tu perfil, si cumples con todos los requisitos para la tenencia responsable, te recomendarán un perro adecuado, que podrás conocer cuando visites el centro y llevártelo a casa tras gestionar los pertinentes trámites de adopción.

Otra opción para adoptar un perro es a través de Internet. Un buen ejemplo es la plataforma CuidayAdopta (https://www.cuidayadopta.es/adopta-una-mascota), una iniciativa de la Asociación Española de Veterinarios Municipales (AVEM), orientada a paliar la problemática del abandono de animales de compañía y sus consecuencias, y a fomentar la adopción de los mismos. Dicha plataforma permite encontrar fácilmente centros de adopción que tienen animales que buscan una familia. Mediante su buscador puedes seleccionar algunos animales de acuerdo a su sexo, tamaño y/o ubicación (comunidad autónoma y/o municipio), y contactar con el centro para pedir una cita y conocer personalmente al perro.

En cualquiera de los centros de adopción encontrarás perros que están esperando una nueva oportunidad y es importante tener en cuenta que cada animal tendrá una historia. Puede tratarse, por ejemplo, de un perro abandonado e, incluso, maltratado. Las diferentes situaciones vividas previamente por el animal influirán en su comportamiento y en sus necesidades físicas y emocionales. Por ello, es esencial que te informes sobre el pasado del perro que estás a punto de adoptar, solicitando al personal del centro de adopción todos los detalles posibles sobre su comportamiento, carácter y condiciones de salud en general. Igualmente conocerlo en persona te dará pistas sobre su forma de interactuar con personas y con otros animales.

 

Requisitos para la adopción de perros

Si has decidido adoptar un perro, debes cumplir con unos requisitos:

  • Debes ser mayor de edad.
  • Deberás firmar un documento o contrato de adopción, comprometiéndote a asumir la responsabilidad del cuidado del animal.
  • Si la raza del perro que quieres adoptar está dentro de las consideradas como potencialmente peligrosas, necesitarás tener una licencia para su tenencia. Puedes informarte acerca de cómo obtenerla en el ayuntamiento de tu municipio de residencia.
  • Es habitual que, una vez formalizada la adopción, el centro responsable lleve a cabo un seguimiento de la misma, con el objetivo de asegurar que, tanto el perro como el adoptante, se han adaptado a la nueva situación. Y, en caso necesario, ofrecer apoyo o soluciones ante posibles conflictos.

Proceso de adopción: ¿cuánto cuesta?

El coste de la adopción de un perro es variable. En algunos centros la adopción es gratuita, mientras que en otros centros la persona interesada debe pagar una tasa en concepto de gastos veterinarios como vacunas, desparasitaciones, identificación mediante microchip y esterilización. El precio medio de adopción de un perro oscila entre los 100 y los 180 euros, en función de las características del animal que se desea adoptar. Por ejemplo, es bastante frecuente que los perros de avanzada edad se ofrezcan de manera gratuita.

¿Perro mestizo o de raza?

En un centro de acogida de animales no es habitual encontrar un perro de raza. La mayoría son mestizos.

Muchos animales de raza pura, al estar genéticamente modificados por el ser humano mediante selección específica de animales en busca de unas cualidades determinadas, pueden ser más propensos a desarrollar ciertas enfermedades hereditarias y otros problemas de salud, fruto de la consanguinidad. Esto suele ocasionar una muerte prematura o una mala calidad de vida en su edad adulta.

Por su parte, la mezcla de sangres muy distintas de los perros mestizos suele ser enriquecedor para la salud general del animal, no mostrando tanta predisposición hacia las enfermedades hereditarias, lo que incrementa la posibilidad de que sean más saludables y longevos.

Los perros mestizos son, además, originales e irrepetibles. Como inconveniente en el caso de adoptar un mestizo siendo aún cachorro es que no se sabrá con certeza cómo será físicamente cuando sea adulto.

Y respecto al carácter, aunque los rasgos distintivos de las diferentes razas de perro están bien definidos, esto no quiere decir que todos los ejemplares de una misma raza sean iguales en lo que se refiere a su temperamento. Dependerá de la educación que se les dé o que hayan recibido.

¿Cachorro o adulto?

Hay una serie de diferencias entre adoptar un perro adulto y adoptar un cachorro:

Entre las ventajas de adoptar un perro adulto, cabe destacar que el adulto ya tiene su carácter formado, una personalidad definida. Por ello, será más fácil ver si es compatible contigo: saber si le gustan o no los niños, si le gusta relacionarse con otros perros, si es activo o, por el contrario, sosegado. En cambio, el cachorro, independientemente de su educación, puede desarrollar una personalidad u otra, de forma impredecible.

Por otro lado, el perro adulto ha alcanzado su tamaño definitivo, tras superar la etapa de crecimiento. De ese modo, evitaremos sorpresas posteriores, y la necesidad de adaptar los espacios de la casa, al tener la certeza de que no crecerá más.

El cachorro, o bien no ha estado en ningún hogar, o bien lo ha hecho durante un lapso muy breve de tiempo, lo cual implica que requerirá mucha más paciencia y tiempo dedicado a su socialización, educación y enseñanza de conductas básicas de comportamiento. En los primeros meses serán frecuentes los orines fuera de lugar, mordiscos incontrolados y, posiblemente también, sollozos en plena noche.

Por el contrario, los perros adultos, en general, ya han superado la etapa de hacer destrozos. Suelen tener un carácter más estable y una personalidad más tranquila y, por ello, requerir de un periodo más corto de adaptación y aprendizaje de las normas de la casa, pudiendo establecer unas rutinas más tranquilas, a diferencia de los cachorros que requieren aprender a canalizar su exceso de energía.

No obstante, cabe añadir que la opción más solidaria de todas es, sin duda, adoptar un perro anciano.

El perro anciano suele ser tranquilo, estable, más agradecido si cabe y cariñoso. Se trata de un perfil perfecto para familias sedentarias.

¿Macho o hembra?

A la hora de decantarse por un macho o una hembra podemos considerar ciertas diferencias de género, aunque siempre hay excepciones y la educación influye en gran medida en el carácter del animal. Así, por ejemplo, aunque existe la creencia de que los machos suelen ser más agresivos y territoriales, pero si se les ofrece una adecuada socialización, tanto machos como hembras pueden llegar a convivir sin conflictos con sus congéneres.

Los machos suelen ser más corpulentos y de mayor tamaño que las hembras.

Las hembras, por su parte, suelen ser más cariñosas, familiares y dóciles.

Las hembras suelen ser más perseverantes en el proceso de aprendizaje y responder más rápido al adiestramiento. Los machos pueden resultar más reacios a acatar órdenes debido a las hormonas masculinas y, por ello, su aprendizaje puede llevar más tiempo que el de las hembras.

Hay otra serie de diferencias motivadas por los cambios hormonales:

Las hembras entran en celo, generalmente, cada seis meses y suelen tener pérdidas de sangre durante unos diez-catorce días. Tras el celo, algunas hembras padecen los llamados “embarazos psicológicos” que no son realmente una reacción psicológica de anhelo ante la circunstancia de no quedarse gestante, sino un mecanismo de supervivencia heredado del pasado en el que las perras en estado salvaje que no habían sido fecundadas producían leche para alimentar a las camadas de otras perras en caso de que la madre faltara. Le ocurre a 6 de cada 10 perras no esterilizadas, en torno al mes y medio después de cada celo, presentando síntomas similares a la gestación y mayor nerviosismo, lo que supone un desgaste para el organismo.

Los machos suelen marcar su territorio orinando cuando salen a pasear (e incluso es probable que, si no están esterilizados, lo hagan también al llegar al hogar por primera vez), por lo que los paseos serán más largos al requerir más paradas que les permitan hacer un seguimiento olfativo. También es posible que, si hay cerca perras en celo, se produzcan escapadas para tratar de montarlas o que intenten montar a otros perros que se encuentren. Por todo ello, se recomienda castrar al perro para evitar tanto las posibles escapadas como el marcaje:

  • El perro deja de marcar su territorio ya que no siente la necesidad de rivalizar con otros machos ni atraer a hembras
  • Al extinguir su deseo sexual, desaparecen las fugas en busca de hembras.
  • Al no tener que luchar por hembras, desaparecen las peleas con otros machos provocadas por ese motivo.
  • Al no sentir la necesidad de reproducirse, el perro se mostrará tranquilo en presencia de perras en celo y evitaremos que las acose.
  • Reduciremos el estrés que le provoca al perro tener la necesidad biológica de reproducirse y no poder hacerlo, disminuyendo de esa manera su nerviosismo y ansiedad.
  • Eliminaremos posibles problemas relacionados con los testículos, como tumores y la hipertrofia prostática benigna.

Al igual que en el caso de los machos, es recomendable esterilizar a las hembras antes del primer celo o justo después de este, ya que trae consigo una serie de beneficios para la perra:

  • Evita gestaciones no deseadas, así como “embarazos psicológicos”
  • Reduce la aparición de patologías como pueden ser los tumores mamarios
  • Evita el desarrollo de piómetra (infección de útero)
  • Se suprimen comportamientos no deseados, fruto del celo: manchado de sangre, mayor frecuencia de micción, ansiedad, intranquilidad y cambios bruscos de comportamiento (mayor agresividad).
  • Al extinguir su deseo sexual, desaparecen las fugas en busca de machos, así como el acoso por parte de los machos ante su olor en celo, detectable a varios kilómetros de distancia.

Actualmente, la esterilización no es un requisito a nivel nacional, siendo La Rioja pionera en regular la esterilización con carácter obligatorio para animales de compañía en su Ley autonómica de Protección Animal, que entró en vigor en noviembre de 2018 (artículo 11 de la Ley 6/2018, de 26 de noviembre, de protección de los animales en la Comunidad Autónoma de La Rioja). Ciertas ordenanzas municipales, como la de la ciudad de Madrid, sí contemplan dicha obligatoriedad.

Otro consejo que se suele dar relacionado con las diferencias sexuales es que, si en el hogar ya habita un perro, la segunda mascota sea del sexo contrario a la anterior, con idea de evitar conflictos territoriales que suelen ser más habituales entre dos hembras o dos machos.

No obstante, exceptuando diferencias en cuanto a peso, volumen y factores sexuales que les puedan afectar, adoptar un perro macho o hembra no es muy diferente. Ambos géneros pueden desarrollar caracteres sociables, desconfiados o tímidos dependiendo de la educación que se les proporcione, así como de sus vivencias pasadas.

De igual modo, tampoco podemos guiarnos por la raza del perro, ya que no es un indicador fiable de personalidad.

Problemas de comportamiento / Estado sanitario

Está muy extendida la creencia de que adoptar un perro de un centro de acogida implica adoptar un perro que está enfermo, es problemático o tendrá dificultades para adaptarse a un nuevo hogar. Sin embargo, en la mayoría de los casos, esto es incierto.

Puede suceder que el perro que se quiere adoptar presente algún problema de salud o de comportamiento, en cuyo caso debemos ser plenamente conscientes de lo que implica comprometernos con él y su necesario proceso de adaptación y superación de problemas mediante una adecuada gestión de los mismos. Como contrapartida, tendremos la gran satisfacción de brindarle la oportunidad de ser feliz a un animal con muchas menos posibilidades de encontrar un hogar.

Historia previa (abandono, maltrato)

Un perro que ha sufrido maltrato o abandono puede mostrarse temeroso al principio. Sin embargo, con tiempo, cariño, paciencia y, si fuera preciso, también asesoramiento de expertos en comportamiento y reeducación, un perro maltratado puede transformarse en un compañero fiel y muy agradecido, que confíe en su nueva familia y pueda superar su recelo hacia las personas u otros animales, así como lograr que sus miedos desaparezcan o disminuyan en gran medida.

Claves para adoptar el perro más adecuado para ti

Debes tener claro cuál es tu estilo de vida, espacio y tiempo disponible. En virtud de ello, se ofrecen unas claves para elegir el perro más adecuado para ti:

  • Si tu vida es sedentaria, el perro debe ser tranquilo, o incluso de avanzada edad, que no precise de mucho ejercicio físico.
  • Si tu vida es activa, encajará mejor un perro con energía, dispuesto a acompañarte en tus excursiones.
  • Si hay niños en el hogar, una buena opción es un perro sociable y fácil de educar.
  • Si quien quiere adoptar es una persona anciana, se recomienda que el perro sea adulto, de tamaño pequeño o mediano, y de carácter equilibrado, tranquilo y sociable.
  • Si tienes muchos vecinos, evitarás problemas si eliges un perro de carácter tranquilo, que no sea excesivamente ladrador.
  • Si vives en un piso pequeño o no muy grande, quizá sea mejor adoptar un perro de tamaño pequeño, aunque no necesariamente debe ser así, ya que podría adaptarse bien un perro mediano o grande de carácter tranquilo y no muy activo.
  • Del mismo modo, hay que considerar que muchos perros de tamaño pequeño son movidos y requieren que los saquen a pasear más a menudo para su esparcimiento.
  • Si vives en una casa con jardín o en el campo, tienes espacio para un perro de raza gigante, como un mastín.

 Amanda Sanz Fernández-Salguero. Veterinaria

 

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