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EL PICOR EN LOS PERROS, ¿QUÉ PODEMOS HACER?

Es posible que todo el mundo conozca el caso de un perro que se rasca de manera compulsiva, ya que este síntoma es uno de los principales motivos de consulta en los centros veterinarios. A continuación explicamos cuáles son las principales causas y tratamientos recomendados para acabar con este frecuente y molesto problema

 

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que el rascado es normal en perros. Sin embargo, cuanto la frecuencia es mayor de lo habitual y se produce de manera intensa, debemos empezar a preocuparnos. Además, el picor suele ir acompañado de otros síntomas, como el lamido de patas o la aparición de rojeces en diferentes partes del cuerpo debido a la fricción que hace el animal por tratar de paliar el picor.

Una vez que el picor aparece y va prolongándose en el tiempo, la calidad de vida del animal se ve perjudicada, ya que le provoca importantes molestias, dolor y desesperación al no desaparecer a pesar del rascado. Además, éste se convierte en un círculo vicioso que empeora la sensación de prurito. Por su parte, el propietario también sufre las consecuencias del rascado, al ver sufrir al animal y no poder hacer nada por aliviar su picor.

 ¿Por qué se rasca mi perro?

Las causas del picor son muy variadas, por lo que es importante hacer un buen diagnóstico para poder abordarlo de la forma más eficaz. La causa más habitual es la alergia, seguida de los parásitos externos y las infecciones de piel.

Por norma general, tanto las enfermedades parasitarias, como las infecciones de la piel suelen curarse tras un diagnóstico y tratamiento correcto. Sin embargo, las alergias suelen ser más tediosas a la hora del diagnóstico y el tratamiento, que suele ser prolongado en el tiempo.

Dentro de las alergias, existen principalmente tres tipos:

  • Dermatitis alérgica a la picadura de pulga (DAPP).
  • Dermatitis alérgica inducida por alimentos (DAIA).
  • Dermatitis atópica (DA).

Además, en muchos casos puede haber una combinación de todas ellas.

 ¿Qué podemos hacer?

  1. Tratar el picor: es importante ayudar a reducir cuanto antes el mismo para que mejore la calidad de vida del animal. Para ello, tendremos que utilizar tratamientos que no interfieran en el correcto diagnóstico.
  2. Descartar o confirmar y tratar infecciones parasitarias: como la sarna sarcóptica, queileiteliosis o la sarna otodéctica.
  3. Identificar y tratar infecciones: las enfermedades infecciosas son complicaciones muy frecuentes en las patologías dermatológicas. La pioderma o la dermatitis por Malasezia son un tipo común de infección.

 Una vez descartados los parásitos y las infecciones de piel, el siguiente paso será descartar o confirmar la existencia de alergia:

  1. Alergia a las pulgas: una sola picadura en un animal alérgico puede desencadenar una severa reacción e intenso picor. Usando tratamientos preventivos y de modo constante podremos controlar la presencia de pulgas.
  2. Alergia alimentaria: con unas pautas de alimentación concretas, algo de paciencia (se suele tardar varios meses) y la ayuda de dietas hipoalergénicas podremos descartar o confirmar este tipo de alergia.
  3. Dermatitis atópica o alergia ambiental: la alergia más habitual. En este caso, no es posible evitar el contacto con el alérgeno causante de esta patología, ya que incluye ácaros del polvo, diferentes tipos de pólenes, etc.

 

Dermatitis atópica canina

Esta alergia, además de ser la más habitual, también es la más tediosa, ya que no tiene cura y requiere un tratamiento de por vida.

En esta ocasión, el sistema inmune del animal está predispuesto a hiperreaccionar ante la presencia de ciertas sustancias que son inocuas para el resto de la población. Esto provoca una seria de manifestaciones clínicas que caracterizan esta enfermedad. El animal puede presentar alguno o varios de estos síntomas:

  • Prurito intenso
  • Enrojecimiento de la piel
  • Lesiones en la piel
  • Irritación de orejas
  • Alopecia
  • Piel oscurecida o engrosada

Generalmente, estos síntomas aparecen en zonas como los labios, orejas, espacios interdigitales, abdomen, ingles o axilas.

Para el tratamiento de esta enfermedad, tradicionalmente se han utilizado los corticoesteroides ya que presentan un potente efecto antiinflamatorio e inmunosupresor. Sin embargo, dados los efectos secundarios que provocan a corto y largo plazo son una alternativa a evitar.

En este sentido, hoy en día contamos con diferentes tratamientos innovadores que, además de solucionar con éxito el picor del animal, no presentan efectos secundarios.

 Conclusiones

Como hemos visto, el picor en los perros puede ser síntoma de diferentes patologías por lo que no debemos dejarlo pasar por alto. Acudir a la clínica veterinaria resulta imprescindible en estos casos para tratar de dar con la causa que está originando el rascado compulsivo y poder aplicar el tratamiento indicado en cada caso.

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