IRON es un precioso perro blanco, con una cruel historia a sus espaldas.

Nació en una perrera a la que su madre, Trufa, llegó a punto de parir. Cuando Iron contaba con pocos meses de edad, parecía que su suerte cambiaba, ya que fue adoptado. Pero, cuando tenía 5 años, esa familia que lo adoptó, decidió que Iron ya no formaba parte de sus planes ni de su hogar y lo "devolvieron" a la misma perrera en la que lo adoptaron, y en la que su madre, Trufa, había fallecido sin haber podido disfrutar del calor de una casa en la que ser feliz.                           

Al regresar a la perrera, Iron se mostraba algo nervioso ante sus congéneres, pero con el tiempo evidenció ser un perro equilibrado y tolerante con otros, a los que, además, les contagia de su alegría innata. Es noble, cariñoso, obediente y agradecido. En definitiva, un perro maravilloso, pero que carga con un estigma: ser clasificado, por el mero hecho de pertenecer a una raza, como Perro Potencialmente Peligroso.

Con el paso de los meses, e incluso años, costaba entender por qué Iron no encontraba una familia, siendo el increíble perro que es. Hasta que, por fin, ¡¡lo consiguió!! Ahora tiene una hermanita humana muy muy especial y una mami humana que le adora, por lo que estamos seguros de que será tan feliz como merecía desde hace mucho tiempo.

Iron, ¡te queremos mucho! Gracias por todos los momentos de cariño y alegría que nos has regalado.

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