Si tienes un perro o un gato, habrá recibido mucho cariño durante estos meses de confinamiento. Nuestros hábitos de vida han cambiado radicalmente y nuestras mascotas lo han notado. Con la llegada de las medidas de alivio que vamos teniendo en cada una de las fases del desconfinamiento, nos acercamos a la nueva normalidad y el ritmo de vida de nuestros felinos y canes se verá alterado de nuevo. Para ellos, no es tan fácil procesar lo que está sucediendo, y en muchos casos, puede producirles un impacto psicológico.

 

SÍNTOMAS DE QUE TU GATO O PERRO SUFREN ESTRÉS

La veterinaria experta en etología (parte de la biología que estudia el comportamiento de los animales) Stephanie Borns-Weil indica que los gatos, en general, han podido sentirse más abrumados durante el estado de alarma, por la presencia de un mayor ruido en su entorno. Para expresar su estrés, puede que tu gato:

• Tienda a evitarte
• Modifique de forma no deseada sus hábitos higiénicos.

Por el contrario, si tienes un perro en casa, puede que muestren ciertas señales de estrés por el desconfinamiento y la vuelta a tus salidas sin él, especialmente si se trata de animales adoptados que ya han sufrido previamente el abandono:

• Ahora es más propenso a buscar en contacto contigo, tu cercanía y caricias.
• Puede que ahora sus ladridos o lloriqueos sean más frecuentes, y al igual que los gatos, hayan perdido la buena costumbre de esperar a su paseo para hacer sus necesidades.

Cada mascota es un mundo y no se deben tratar estos problemas de forma generalizada, dependerá de cada caso. Es por ello que, ante comportamientos poco habituales en ellos, incluso desconcertantes a veces, no dudemos en consultar a nuestro veterinario.

 

CÓMO INTENTAR PREVENIR LOS TRASTORNOS

El Grupo de Especialidad de Etología Clínica (Gretca) y la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (Avepa) nos aconsejan preparar emocionalmente de forma paulatina a nuestros animales antes del desconfinamiento, siendo algunas pautas aconsejadas:

• Introducir rutinas fijas: señalándoles el inicio y fin de las actividades como comidas, paseos o juegos.
• Dejarles momentos de calma, premiando su tranquilidad e independencia.
• Dejarles jugar solos, los juguetes que se llenan de comida son un buen entretenimiento para ellos.

En definitiva se trata de ir acostumbrándoles a que ya no van a tener tanta compañía, por lo que sería bueno que empecemos a no satisfacer todas sus demandas de atención, para no fomentar conductas ansiosas posteriores.

Desde el Servicio de Etología Clínica de la UCM proponen que les ayudemos a reconocer un lugar seguro, crearles un espacio en el que tengan sus juguetes o su manta, premios de comida, incluso música relajante o una grabación con nuestra voz y una prenda con nuestro olor, un lugar al que puedan recurrir cuando sientan soledad o ansiedad.

Los gatos también necesitaran su espacio, su tiempo de silencio y sus límites, sobre todo en hogares con niños. Un buen consejo que nos dan nuestros amigos de Animals Health es asegurarse de que haya muchas superficies elevadas donde las que el gato pueda salir rápidamente del alcance de los niños antes de que pierda la paciencia.

Por el bien de nuestras mascotas, debemos incluirlas en nuestros planes de desescalada, ir retomando la vuelta a la normalidad poco a poco y teniendo muy en cuenta que ellos también necesitan su tiempo de adaptación. En cualquier caso, la mejor opción siempre será consultar a su veterinario, que después de reconocer al animal y tras examinar su historia, te proporcionará, sin duda, el consejo más adecuado.