Nunca nos cansaremos de decirlo: ¡¡adopta a un viejito!! No puede nadie imaginar lo agradecidos que son y lo que para ellos puede significar vivir sus últimos años acompañados, queridos y protegidos.

Nuestro CUJO ha sido adoptado a los 14 años. Después de una vida difícil terminó viviendo con una persona con Síndrome de Diógenes que no le cuidaba demasiado y, por último, acabó en una perrera municipal, lo que no puede ser el final (ni tampoco el principio de ningún animal).

Su carácter tímido, y ser una de esas razas que en España son invisibles, a veces nos hacía temer que no lo conseguiría, pero no podíamos dejar de intentarlo: ¡CUJO se merecía ser querido! Gracias a los grandesamigos que nos ayudaron y sobre todo, gracias al gran corazón de Josefa, CUJO es un perro feliz en la vejez.

Ahora, CUJO no deja de mirar a su mami humana, sorprendido y feliz de que le dedique todo el cariño que hasta ahora le había sido negado.

Sé muy feliz, pequeño CUJO.

¡¡¡ADOPTA UN VIEJITO!!!

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